Una historia puede nacer de una sola palabra, pero podemos provocar una chispa con dos polos eléctricos. Henry Wallon escribió que el pensamiento se forma en parejas (blando-duro).
El binomio fantástico surge con ayuda de la casualidad: dos niños/as sin conocer la palabra elegida por el otro, dos palabras elegidas de dos páginas separadas de un libro o diccionario...
Un ejemplo sería "perro" y "armario". Con ellas se obtienen diversas figuras:
- el perro en el armario
- el amario del perro
- el perro sobre el armario
- el perro con el armario
¿Se te ocurre alguna historia?